Viaje al Centro de la Tierra
Julio Verne
Cultura General
En Königstrasse, un pequeño pueblo de Alemania, vive el profesor Otto Lidenbrock, un gran científico especializado en la mineralogía y en todas las ciencias en general. Él y su sobrino Axel comparten aventuras y enseñanzas entre muchas cosas y mantienen una relación muy buena.
Un día, el profesor, llegó muy alborotado de una librería. La razón de tal nerviosismo era la pieza de museo que encontró en ella. Era una obra de valor incalculable, de la cual se deslizó un pergamino muy antiguo escrito con letras extrañas y desconocidas para Lidenbrock. Ellos unieron sus mentes para descubrir su significado. Al cabo de unos días sintieron una gran alegría; ese trozo de papel describía los pasos que se debían seguir para llegar al centro de la Tierra.
Desde entonces planearon la marcha. Lo prepararon todo, pagaron a un guía llamado Hans que les acompañaría durante todo el viaje y comenzaron su gran aventura. Pasaron varios días hasta que no llegaron al cráter del volcán Sneffels, el que tendría que conducirles al mayor estado de satisfacción. El viaje parecía transcurrir sin ningún problema, hasta que observaron que las reservas de agua de las que disponían eran insuficientes, pero finalmente descubrieron un arroyo.
Axel estaba harto del viaje, se sentía débil e inseguro, quería volver a su casa. Entre pensamientos y sueños, sin darse cuenta se había separado del grupo. No los encontraba, se había perdido bajo toneladas de rocas y tierra. Cuando su desesperación fue insuperable su tío y Hans le encontraron. Se sintieron muy felices, pero, a pesar de lo ocurrido, el profesor decidió seguir el viaje.
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